sábado, 20 de junio de 2009

PANDEMIA DEL LUCRO

Quiero compartir con quien quiera que lo lea esta información que me enviaron unos amigos, creo que es interesante y al menos nos hace pensar que no todo es tan inocente como creemos

En el mundo, cada año mueren dos millones de personas víctimas de la malaria, que se podría prevenir con un mosquitero. Y los noticieros no dicen nada de esto.
En el mundo, cada año mueren dos millones de niños y niñas de diarrea, que se podría curar con un suero oral de 25 centavos. Y los noticieros no dicen nada de esto. Sarampión, neumonía, enfermedades curables con vacunas baratas, provocan la muerte de diez millones de personas en el mundo cada año. Y los noticieros no informan nada…
Pero hace unos años, cuando apareció la famosa gripe aviar… … los informativos mundiales se inundaron de noticias… chorros de tinta, señales de alarma…¡Una epidemia, la más peligrosa de todas!... ¡Una pandemia!Sólo se hablaba de la terrorífica enfermedad de los pollos.
Y sin embargo, la gripe aviar sólo provocó la muerte de 250 personas en todo el mundo, 250 muertos durante 10 años, lo que da un promedio de 25 víctimas por año.
La gripe común mata medio millón de personas cada año en el mundo. Medio millón contra 25.
Un momento, un momento. Entonces, ¿por qué se armó tanto escándalo con la gripe de los pollos?
Porque tras de esos pollos había un "gallo", un gallo de espuela grande :La farmacéutica trasnacional Roche con su famoso Tamiflú vendió millones de dosis a los países asiáticos.
Aunque el Tamiflú es de dudosa eficacia, el gobierno británico compró 14 millones de dosis para prevenir a su población. Con la gripe de los pollos, Roche y Relenza, las dos grandes empresas farmaceúticas que venden los antivirales, obtuvieron miles de millones de dólares de ganancias. Antes con los pollos y ahora con los cerdos.
Sí, ahora comenzó la psicosis de la gripe porcina. Y todos los noticieros del mundo sólo hablan de esto…
-Ya no se dice nada de la crisis económica ni de los torturados en Guantánamo…,sólo la gripe porcina, la gripe de los cerdos…
Y yo me pregunto: si detrás de los pollos había un "gallo"… ¿tras de los cerditos… no habrá un "gran cerdo" ?
Miremos lo que dice un ejecutivo de los laboratorios Roche…ROCHE
-A nosotros nos preocupa mucho esta epidemia, tanto dolor… por eso, ponemos a la venta el milagroso Tamiflú.
-¿Y a cuánto venden el "milagroso" Tamiflú?-Bueno, veamos… 50 dólares la cajita.
-¿50 dólares esa cajita de pastillas?
-Comprenda, señora, que… los milagros se pagan caros.
-Lo que comprendo es que esas empresas sacan buena tajada del dolor ajeno…
La empresa norteamericana Gilead Sciences tiene patentado el Tamiflú.
El principal accionista de esta empresa es nada menos que un personaje siniestro, Donald Rumsfeld, secretario de defensa de George Bush, artífice de la guerra contra Irak…
Los accionistas de las farmaceúticas Roche y Relenza están frotándose las manos, están felices por sus ventas nuevamente millonarias con el dudoso Tamiflú.
La verdadera pandemia es el lucro, las enormes ganancias de estos mercenarios de la salud. No negamos las necesarias medidas de precaución que están tomando los países. Pero si la gripe porcina es una pandemia tan terrible como anuncian los medios de comunicación, si a la Organización Mundial de la Salud le preocupa tanto esta enfermedad, ¿por qué no la declara como un problema de salud pública mundial y autoriza la fabricación de medicamentos genéricos para combatirla?
Prescindir de las patentes de Roche y Relenza y distribuir medicamentos genéricos gratuitos a todos los países, especialmente los pobres.
Esa sería la mejor solución.

viernes, 19 de junio de 2009

Un nido en mi terraza

Era primavera, las flores de los romeros azuleaban el campo y las margaritas apuntaban como pequeños botones, el despertar entre aromas y sonidos de la mañana era reconfortante. Se respiraba paz.
Aquella mañana salí a la terraza para disfrutar de ese desperezarse lento del día con un aromático café pero un repiqueteo insistente llamó mi atención, miré alrededor, no vi nada que pudiera provocarlo.
Se repitió el sonido y... descubrí allá en lo alto un pajarillo que picoteaba con afán la rejilla del respiradero de la casa situada en el vértice de la techumbre, siguió insistiendo durante varios días y desapareció, le era imposible entrar, se había rendido.
Un día descubrí musgo en el suelo, debajo del respiradero de un antiguo calentador que asomaba a la terraza, otro día fue en la cocina donde lo encontré, debajo del calentador que no usábamos y observé que cada mañana había unas briznas a ambos lados.
Misterio descubierto, una pareja de herrerillos pululaba por allí, supuse que la hembra era la que hacía el nido a toda prisa.
Esta vecindad me gustó, entraban y salían sin preocuparse de los movimientos de sus vecinos humanos. Cuando llegaban emitían su característico "piichi, piichi" posados en lo alto de la puerta y al poco entraban.
Al cabo de un tiempo la pareja salía y entraba frecuentemente con algo en el pico, pasaban y en el nido se oía un gorjeo, un pequeño alboroto, supe que el nido estaba ocupado, las crías habían nacido.
Cada mañana esperaba con impaciencia los sonidos procedentes del nido, contemplé durante días el ir y venir de la pareja alimentando la prole, era fascinante el tesón y el esfuerzo que derrochaban, sin descanso, vuelo va, vuelo viene, sólo la noche los detenía.
Habituada al piar cada vez más fuerte de mis vecinos alados un día descubrí con cierto sobresalto que sólo había silencio, pensé que podía haberles ocurrido algo con la ola de calor, quizá algún depredador..., inmediatamente recordé que el día anterior percibí una intensidad diferente en los sonidos , se asemejaban más a los de sus progenitores .
Fui a la terraza , esperé durante largo tiempo que se acercase la pareja a alimentarlos, vana espera, había llegado el gran día, la mayoría de edad para los nuevos conquistadores del aire, al fin habían volado, habían conquistado la libertad.
Se apoderó de mí el desconcierto, fue como si unos amigos se hubieran marchado para siempre sin despedirse aunque me alegró que fuesen a conquistar las alturas, a estrenar esas nuevas alas desplegadas en vuelo libre
Mientras tomo el café día tras día sigo contemplando la entrada del nido abandonado esperando no sé qué y secretamente guardo la esperanza de que la próxima primavera vuelva a estar ocupado.